El desapego nos ayuda a ser felices. Lo hace porque nos libera de amarres y dependencias y nos abre la mente a las mil maneras como se puede manifestar la felicidad en nuestras vidas, maneras que nunca podremos experimentar si no le damos oportunidad a lo diferente, a lo nuevo.
«El desapego no es renunciar a las cosas de este mundo, sino aceptar el hecho
y estar continuamente consciente de que nada es permanente.”