Semillas De Serenidad
Esta sección Semillas de Serenidad surge de la necesidad que tenemos todos de hacer breves pausas en nuestras agitadas vidas. Pausas que nos permitan centrarnos, pausas que nos permitan escoger mejor nuestras palabras y acciones, que nos brinden un espacio para reencontrarnos con quien somos, pausas que nos ayuden a respirar, a ver, a escuchar, que nos brinden claridad y serenidad.
Siendo esta la intención creo que es mejor presentar lo que quiero compartir como una conversación, y por ese motivo te hablo a ti.
En esta página vas a encontrar una gran variedad de ejercicios, ideas, tips y mini meditaciones ideadas y seleccionadas especialmente para brindarte breves instantes de relajación, para facilitarte una pausa de serenidad en medio de la agitada vida. A estos sugerencias las he llamado Semillas de Serenidad porque al igual que las semillas, son pequeñas, son sencillas, pero están llenas de potencial, en este caso de potencial para la calma, para la relajación, para la conexión, para el bienestar, para la serenidad.
Puedes encontrar una Semilla de Serenidad en cualquier momento, en todos los momentos, en cada oportunidad cuando necesites conectarte con la calma, con la claridad, con un poco de paz, cada vez que te hagas consciente de lo que estás haciendo. Cada vez que lo hagas vas a sentir el beneficio, vas a sentir el cambio en tu respiración, en tu corazón, en tu mente. Sentirás que has incorporado una pausa que te permitirá no sólo sentirte mejor sino también pensar mejor, con más claridad,
Poco a poco, las Semillas de Serenidad irán germinando, irán dando sus frutos y no sólo los podrás disfrutar tu sino todos los que te rodean.
A continuación te sugiero unas cuantas oportunidades, revísalas, déjate atraer por las que más se identifiquen contigo, con tu estilo de vida o simplemente déjate llevar por la curiosidad
¡Feliz, exitosa y serena siembra!
¡Wow!
Deja caer la lengua en tu boca, si, déjala caer. Déjala allí y ahora separa los labios ligeramente. Siente el efecto, ¡es increíble!
Por unos instantes hazte consciente de lo que estás sintiendo, disfruta de la relajación instantánea y en contraste reconoce la tensión que llevabas en tu quijada, en tus pómulos. Al acumularse esa tensión puede producir dolores de cabeza, desgaste de los dientes, mirada cansada.
Siembra esta Semilla de Serenidad en tu consciencia y permite que gemine. Recuerda relajar los músculos de la cara y te sentirás wow!
“Estos ejercicios ayudan a activar el sistema nervioso parasimpático, el cual le dice al cuerpo que se relaje y se recupere.” Marsha Lucas, Neuro psicóloga
Alarga la exhalación
Enfoca tu atención en la respiración. Inhala lenta y profundamente y al exhalar deja ir el aire muy lentamente. Permite que tu exhalación dure el doble de tiempo que tu inhalación. Repítelo tres veces.
Ahora lleva la atención a tu cuerpo, a tu corazón, reconoce el cambio. Te sientes más serena, es como si estuvieras regresando de un viaje muy agradable. Y así fue, viajaste al espacio entre los pensamientos, la pausa te lo permitió, te regalaste unos instantes de serenidad, un descanso.
Profundizando
Según el tiempo y las circunstancias te lo permitan, puedes repetir esta respiración más de tres veces; lo puedes hacer con los ojos abiertos o cerrados, de pie o sentado, cuando estás solo o con alguien mas. Cualquier momento es bueno para sembrar esta Semilla de Serenidad.
“Cuando alargamos la exhalación activamos el sistema parasimpático, lo cual disminuye las pulsaciones.” Rick Hanson , Neuro psicólogo, Autor de “El Cerebro de Buddha”
Lávate las manos
Tómate un momento y disfruta de la sensación del agua corriendo entre tus dedos. Involucra todos tus sentidos, Observa como cae el agua desde el grifo, observa las formas que crea cuando sale de él, mueve tus manos y con curiosidad disfruta observando como tus manos también producen distintas formas en el agua.
Hazte consciente de la temperatura, de la suavidad o del impacto del agua en tu piel dependiendo de la presión que trae. Siente la caricia del agua, disfrútala. Hazte consciente de cómo se sienten tus manos bajo el agua.
Escucha el sonido del agua al caer, trata de distinguir entre el sonido al salir del grifo y el sonido sobre la superficie en la que cae.
Percibe el olor del jabón. ¿Reconoces en él algún aroma en particular?
Observa tu respiración y verás que está más calmada, más lenta y profunda. Observa tu mente, descansó por unos momentos. Está más serena.
Te lavas las manos varias veces al día, puedes aprovechar esas oportunidades para relajarte, son momentos perfectos para sembrar otra Semilla de Serenidad.
Sopla el viento
Aprovecha el clima, si es un día ventoso disfrútalo, siente el viento, hazte consciente de su sensación en tu rostro, aprecia su caricia, déjalo que se lleve tus preocupaciones. Hazte consciente del efecto del viento en tu ropa, como a ratos la adhiere a tu cuerpo y otros la separa, la pone a volar. Respira profundo mientras siembras otra Semilla de Serenidad.
Ponle la lupa
Toma cualquier objeto y analízalo en detalle, parte por parte, como si lo estuvieras viendo a través de una lupa o un microscopio.
Observa su textura, sus colores; nota sus ángulos, sus redondeces, su transparencia.
Por un minuto lo único que existe son tu y el objeto de tu atención; simplemente obsérvalo, sin evaluarlo, sin valorarlo, sin catalogarlo. Verás como de manera automática tu respiración se profundiza, se hace más lenta, verás como tu mente se calma, te sientes mas tranquilo. Esa pausa en tu mente abre un espacio perfecto para sembrar otra Semilla de Serenidad
Sonríe
Sonríe, cuando en tu rostro brilla una sonrisa el cerebro se siente feliz. Sonríe aunque no tengas ganas, el cerebro no sabe distinguir entre una sonrisa verdadera y una fingida.
Sonríe, mueve los extremos de tus labios hacia tus orejas, permite que tu sonrisa sea grande, generosa, si realmente sientes la emoción, perfecto y si no también. Sonríe e involucra no sólo tus labios sino también tus ojos. Sigue sonriendo, al sonreír se liberan en tu sangre dopamina, endorfinas y serotonina, conocidas como las “hormonas de sentirse bien”. Estos agentes no sólo ayudan a tu cuerpo a relajarse, sino que bajan la presión sanguínea y el ritmo cardíaco a niveles saludables.
Si te sientes triste, preocupado, desanimado o te das cuenta de que hace tiempo no sonríes, finge una sonrisa. Mientras mas a menudo sonrías, más probabilidades habrá de que sonreír se convierta en un hermoso y saludable hábito. Sonríe y siembra otra Semilla de Serenidad.
Una caminata
Ponte de pie, erguido y relajado al mismo tiempo. Siente tus pies en el suelo, hazte consciente de la distribución del peso entre ellos. Siente tu cuerpo, toma un par de respiraciones, lentas y profundas. Empieza a caminar con un paso normal y poco a poco ve más lentamente. Pon atención a las sensaciones en tus piernas, al movimiento. Esto brinda calma y balance.
En Meditación caminando puedes encontrar más información.
Aroma de …
Puedes sembrar otra Semilla de Serenidad cuando te tomas un café, una deliciosa taza de te aromático, un jugo fresco, o un buen vino. Si estás tomando café, toma un momento para realmente percibir su olor, simplemente hazte consciente de tu café. Cierra los ojos por un instante y regálale toda tu atención a tu bebida, permite que tu cerebro reconozca ese aroma, déjate llevar por él.
Al respirar, dedica tu inhalación a reconocer y percibir ese olor, retenlo por un momento…. Con la exhalación deja ir cualquier tensión… déjala ir mientras creas un nuevo espacio para la próxima inhalación, para volver a disfrutar de ese olor que tanto te gusta y te conforta.
Profundizando
Si quieres profundizar mas la experiencia repite esta respiración consciente cuantas veces gustes, y cuando decidas empezar a tomarte el café, pon atención al momento cuando la taza o el vaso toca tus labios.
Recibe el café en tu boca y explora su sabor, detecta el ácido o el dulce en él. Trata de reconocer otros sabores.
Nota como tu boca, tu lengua reaccionan a la temperatura. Hazte consciente de cómo el café se mueve sobre tu lengua y se desliza por tu garganta.
Si te es posible, puedes potenciar la experiencia cerrando los ojos en distintos momentos de la experiencia.
Disfruta estos momentos tanto como puedas y verás que al reincorpórate a tus actividades lo harás más sereno, más liviano, con mayor claridad, Como ves es muy fácil incorporar en el disfrute de tu café, otra Semilla de Serenidad.
Oración de San Francisco
Esta hermosa oración es reconocida como una Oración por la Paz.
Toma tan solo un minuto repetir esta oración, un minuto durante el cual no sólo estaremos siendo partícipes del deseo de paz sino que estaremos sembrando en nuestra vida una Semilla de Serenidad. Recítala desde el fondo de tu corazón con intención de paz
“Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh Maestro, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.”