Comer con atención plena no es acerca de ser perfecto, comer siempre las cosas correctas o nunca permitirnos comer a la carrera. Tampoco se trata de establecer reglas estrictas de cuántas calorías están permitidas o cuales comidas tienen «la bendición». Comer con atención plena tiene mas que ver con estar presente, presente con todos los sentidos preferiblemente desde el primer momento, desde que empiezas a cortar, a cocinar, a servir y a comer.
“Comer bien es un arte. No requiere una cocina elegante, pero si requiere práctica y concentración. Tu cuerpo no es solo tuyo, es un don y una responsabilidad. Para mantenernos saludables, debemos saber cómo comer”
Comiendo «a la carrera”
El ritmo de vida al que nos hemos ido acostumbrando, facilita la falta de consciencia al momento de las comidas. Comemos a la carrera, en el carro mientras manejamos a la oficina, o en el escritorio frente a una pantalla de computadora o simplemente echados en el sofá mientras vemos televisión. En todas estas circunstancias, no estamos comiendo, estamos simple e inconscientemente, “ingresando comida” en nuestro aparato digestivo, sin que tengamos idea de cuando nos sentimos satisfechos o no.
Cuando comemos mientras estamos haciendo otras cosas, en otras palabras, multitasking mientras comemos, estamos completamente ausentes del acto de comer. Todos hemos experimentado el sentarnos en una sala de cine con un enorme recipiente de maíz explotado (palomitas, crispetas, cotufas, canguil, pororó, etc. según el país), y sorprendernos antes de que las promociones terminen, al darnos cuenta de que ha desaparecido y nos preguntamos quien se lo comió. Cuando estamos distraídos, cuando no ponemos atención, es muy difícil escuchar las señales del cuerpo acerca de la comida y otras necesidades.
Comiendo con Atención Plena
Cuando ponemos atención al momento de comer, a cómo nos sentimos, empleando para eso nuestros cinco sentidos, podemos disfrutar y saborear no sólo los alimentos sino también la experiencia. Cuando nos hacemos conscientes de lo que estamos comiendo, mejora la digestión y recibimos información que nos permite tomar mejores decisiones con respecto a la comida en el futuro.
Comer con atención plena brinda un sin número de beneficios para nuestra salud física y mental:
1) Conocemos las Necesidades del Cuerpo
Estamos diseñados de manera tal que el cuerpo manda la señal de saciedad 20 minutos después de que el cerebro lo hace, siendo esta una de las razones de porqué, de manera inconsciente, seguimos comiendo aún cuando ya estamos llenos.
Cuando comemos con atención plena, necesariamente lo hacemos más lentamente. Al ingerir los alimentos a un ritmo más lento, creamos el espacio para que la comunicación entre el cuerpo y la mente ocurra, creamos las condiciones para escuchar lo que el cuerpo realmente necesita, para que el cuerpo alcance al cerebro y escuche las señales de llenura.
Algunas maneras de crear este espacio para que la consciencia plena de lo que estamos comiendo se puede manifestar, es cumpliendo con las buenas maneras que nos enseñaron en nuestras casas, cosas sencillas pero importantes como: sentarse para comer, masticar cada bocado al menos 25 veces, soltar los cubiertos mientras estamos masticando y todas esa costumbres que nos enseñaron y a las cuales no necesariamente le encontrábamos sentido o justificación.
2) Tomamos Decisiones más Saludables
Cuando somos conscientes de lo que comemos y de cómo nos sentimos durante y después de hacerlo, somos capaces de tomar decisiones más saludables con respecto a nuestra alimentación.
Si nos tomamos el tiempo y hacemos un par de respiraciones frente a la comida, y la observamos, bien sea en el mercado o revisando el menú de un restaurante, nos daremos cuenta de que el cuerpo nos manda señales. Puede que sintamos la boca “hacerse agua”, pero también puede que sintamos un pequeño malestar en el estómago. La primera señal es fácil de reconocer, es familiar y agradable, la segunda no es agradable y con seguridad, nos hemos acostumbrado a no hacerle caso.
Hacernos conscientes de que también existe esa señal, la del cuerpo llamando nuestra atención, hacernos conscientes de lo que nos dice y hacernos conscientes de nuestra responsabilidad con respecto a nuestra salud, nos lleva a tomar decisiones, a realizar cambios que redundan en nuestro beneficio presente y futuro.
Hay además otro beneficio de ponerle atención al cuerpo. Cuando lo hacemos podemos también entablar una conversación donde la pregunta no se limita a ¿Esta comida me hace daño?, también podemos preguntar, ¿Qué tan bien me hace sentir esta comida?. Nuestro objetivo debe ser, más que evitar lo que nos daña, identificar y consumir los que nos llena de energía, salud y entusiasmo.
3) Ayudamos a que Mejore la Digestión
Cuando comemos de manera consciente, tratando de poner nuestra atención en cada bocado, tendemos a comer más lentamente. Como comentamos antes, comer con consciencia plena implica involucrar a todos los sentidos, la vista, el olfato, el oído, el tacto y por supuesto el gusto. Esto definitivamente consume más tiempo que la acción automática de simplemente “ingresar” alimentos por la boca, masticarlos muy poco o nada y tragar.
Al hacernos consientes de lo que estamos comiendo, invertimos tiempo en sentir, en disfrutar, en reconocer y descubrir. Todo este proceso lleva un tiempo, tiempo durante el cual estamos masticando más lentamente, más veces, estamos procesando adecuadamente la comida, con la ayuda de nuestros dientes y saliva antes de pasarla a la siguiente etapa.
Estamos también respirando mas y mejor, llevando más oxígeno a nuestro cuerpo para que cumpla con todas las funciones fisiológicas. Al mismo tiempo, el resto del aparato digestivo va realizando sus funciones a un ritmo más amable, saludable y efectivo. El resultado, una mejora notable en el proceso digestivo, una mejora notable en nuestra salud.
4) Podemos Examinar y Cambiar la Relación con la Comida
Comer de manera consciente nos permite examinar y cambiar la relación que tenemos con la comida, ayudándonos, por ejemplo, a darnos cuenta cuando acudimos a la comida por razones distintas al hambre.
Cuando comemos con atención plena, no sólo comemos más lentamente, también nos hacemos conscientes de lo que estamos sintiendo, física y emocionalmente. La actitud de observación y curiosidad nos permite identificar patrones, hábitos y actitudes que acompañan el acto de comer.
Con mucha frecuencia comemos por razones que nada tienen que ver con la intención de aplacar el hambre o alimentarnos. Comemos para satisfacer necesidades emocionales, para aliviar el estrés o para lidiar con emociones desagradables como tristeza, aburrimiento o ansiedad.
Comer con atención plena, con mindfulness es justo lo opuesto a esta manera poco saludable e inconsciente de comer. Hacernos las siguientes preguntas nos puede ayudar a aclarar nuestra relación con la comida:
¿Cuánta hambre tengo en este momento?
¿Cuáles son mis intenciones al comer esta comida?
¿Estoy comiendo porque tengo hambre o porque estoy aburrida/necesito una distracción/estoy ansioso/esto es lo que se supone que haga?
5) Disfrutamos mas de la Comida
Cuando nos tomamos el tiempo para disfrutar la comida en todos sus aspectos, cuando le damos el tiempo que requiere, derivamos mayor placer de lo que comemos y aprendemos a ir más lentamente y a apreciar de manera más integra nuestros alimentos en todo momento.
El disfrute no sólo incluye lo que experimentamos a través de nuestros sentidos, como por ejemplo la variedad de colores y formas, los aromas, el crujir de ciertos alimentos y los mil sabores y texturas que eventualmente explotan en nuestras bocas. Cuando ponemos nuestra atención en la comida, también empezamos a ver todo lo que hay detrás de ella, de dónde viene, cómo se produce, su trayecto hasta llegar a nuestros platos. Este conocimiento nos impulsa a ser todavía más conscientes y más curiosos de lo que comemos, añadiéndole un motivo adicional de disfrute y agradecimiento.
“Lo primero que debes hacer cuando te sientas con tu plato de comida es dejar de pensar y ser consciente de su respiración. Respire de tal manera que esté nutrido.
Te nutres de tu respiración y alimentas a otras personas con tu práctica de respirar.
Nos alimentamos unos a otros”
Una Buena Práctica
No es indispensable practicar consciencia plena cada día en cada comida, no a todo el mundo le interesa ese tipo de práctica. Sin embargo, un ejercicio de este tipo, comer con atención plena de vez en cuando, un par de comidas en la semana, con seguridad nos ayuda a estar en mejor sintonía con nuestro cuerpo. Esto puede ayudar, entre otras cosas, a evitar comer en exceso y a facilitar cualquier cambio en nuestros hábitos y en nuestra dieta.
Es buena idea pensar acerca del comer con atención plena como un ejercicio: cada pequeño esfuerzo cuenta. Mientras más lento comemos y mientras más nos enfocamos únicamente en el proceso de comer y escuchar al cuerpo, mayor satisfacción experimentaremos no sólo con la comida, sino también al saber que tenemos mayor control sobre nuestra dieta y nuestros hábitos alimenticios.
Con este video de mi canal de YouTube Despertando tu Serenidad, puedes hacer una interesante práctica con esta meditación guiada Comiendo con Atención Plena