Hace pocos días llegó a mis manos una “estadística” muy interesante -importante tener en cuenta las comillas-. Leí que la persona promedio luce 793.7% más atractiva cuando sonríe. No se de dónde sale esta “estadística”, la fuente de la información es “The Universe” (*) , así de genérico y les confieso que no se qué pensar del decimal en el número…793.7% . De todas maneras creo que no es mala idea tener en cuenta este dato, incluso si no es muy exacto y nuestro atractivo “sólo” aumenta en digamos 400% cuando sonreímos, o incluso si se limita a un modesto pero muy bienvenido incremento del 10%.
Brindando una sonrisa
También encontré otro dato -este mucho mas comprobable y real- Ciertas empresas en el oriente –Japón, China- están entrenando a sus empleados para que sonrían mas, específicamente para que sonrían al cliente. Siempre he creído que es importante la cordialidad, la sonrisa en el trato con los clientes por lo que esta información me pareció interesante y motivó en mi dos interrogantes: ¿Cómo logran que los empleados sonrían más, de manera más notoria? y ¿Por qué invertir tiempo y dinero en ese entrenamiento?
Escuela de sonrisas
El CÓMO hacer que alguien para quien el sonreír no es natural, lo haga es bastante sencillo.Se nos aclara una vez que leemos la explicación y vemos las imágenes. El entrenamiento consiste en tomar un chopstick o “palito chino”, colocarlo entre los dientes y sostenerlo allí sin permitir que los labios lo toquen. Hagan la prueba, busquen su palito, colóquenlo como les indico y mírense al espejo. ¡Están sonriendo!
El poder de la sonrisa
El POR QUE hacer este entrenamiento tiene respuestas, variadas e interesantes.
En primer lugar está el propósito y aparentemente este es inducir una sonrisa. De acuerdo a la hipótesis de la retroalimentación facial, este gesto puede influir en nuestro estado de ánimo de manera positiva. Un estudio publicado en el Psychological Science Journal en 2012 y realizado por psicólogos de la Universidad de Kansas encontró que el simple acto de sostener los palitos en la boca hacía que las personas sonrieran inconscientemente. Los participantes con las sonrisas más amplias experimentaron una recuperación más rápida frente a situaciones de estrés y una reducción de su pulso. En contraste, las personas que mantuvieron una expresión normal no experimentaron esos beneficios.
Pero más allá de lo que experimentaron los participantes en este estudio, todos sabemos que cuando sonreímos nos sentimos más felices y en mejor estado de ánimo y esto aleja de nuestra mente los pensamientos que nos angustian, produciendo por consiguiente una reducción del estrés.
En segundo lugar está la razón para hacerlo. Un estudio realizado en 2004 por la Universidad de Pensilvania, demostró que los clientes mostraban mayor satisfacción cuando eran atendidos por empleados sonrientes. Este entrenamiento que les comento es según informan un fenómeno nuevo en Asia. Lo motiva el hecho de que los asiáticos reprimen sus expresiones faciales a diferencia de los occidentales que le sonríen a todos y a todo; -esto aparentemente vuelve locos a los rusos-. Por este motivo, las clases de sonreír se han hecho de alguna manera parte del entrenamiento a las personas que van a estar en contacto con el público, especialmente si tienen contacto con los occidentales.
La otra sonrisa
Indagando un poco mas, encontré un dato todavía más interesante. Resulta que si observamos a los japoneses en sus poblaciones menos occidentalizadas, los veremos mostrando expresiones faciales muy limitadas, serenas, más enfocadas en sus ojos y con sonrisas más reservadas. Sin embargo, si sabemos lo que estamos buscando podremos encontrar todas las emociones en sus ojos.
Y esta observación, esta información sobre una manera diferente de “administrar” la sonrisa, de compartir la expresión de lo que sentimos, me permite confirmar que soy occidental y que soy latina, me encanta tener una sonrisa en mis labios.
Este dato también me pone a pensar y me lleva a preguntarme: Más allá de que practiquemos y perfeccionemos nuestra sonrisa con ejercicios, más allá de que incluso una falsa sonrisa trae beneficios, mas allá de que nos haga lucir 793.7% más atractivos…, ¿qué expresan nuestros ojos?
La sonrisa de mis ojos
En mi caso quiero que mis ojos expresen una alegría alimentada de agradecimiento. Quiero que mis ojos expresen una dicha nacida de tomar consciencia de la abundancia que me rodea y de las infinitas posibilidades que a cada instante se ponen en mi camino. Desearía que la sonrisa de mis ojos fuera contagiosa, profundamente contagiosa y disparara otras sonrisas y alegrías, inexplicables pero reales, momentáneas, pero memorables. Quisiera que la sonrisa de mis ojos fuera feliz y serena, brillante y dulce. Me gustaría que produjera curiosidad por saber qué la motiva, y así poder compartir la razón de mi sonrisa.
El Espejo del Alma
“Los ojos son el espejo del alma”, hemos escuchado decir y estoy segura de que cuando nuestra alma está llena de alegría, agradecimiento, abundancia, serenidad, sonreímos, sin necesidad de ejercicios. Estoy segura de que los extremos de nuestros labios corren hacia las orejas, sin necesidad de palitos, ni entrenamientos.
Cuando permitimos que en nuestro corazón, que en nuestra alma florezcan todas esos sentimientos, emociones, cualidades, podemos sonreír “a pesar de los pesares”, podemos conectarnos con la fuente de la alegría y nutrirnos de su abundancia.
Cuando acogemos en nuestra alma esas emociones, cuando le damos el chance de florecer, lo hacen no sólo a través de nuestros ojos sino de nuestros actos y entonces el motivo para celebrar y alegrarse se potencia, ¡y el 793.7% se queda corto!
Y es válido preguntarme ¿Realmente mi atractivo se incrementa cuando sonrío? Posiblemente, podría preguntárselo a las personas que reciben mi sonrisa, podría estudiar mi rostro ante el espejo. Pero eso no es lo importante, lo importante, lo verdadero es que nuestra sonrisa en los labios, en los ojos, incluso lo que llevan nuestras palabras y escuchan nuestros oídos sea una expresión de la sonrisa interior esa que se nutre de paz, armonía, risas y amor.
Los invito a sonreír y los invito a explorar,
“¿Qué siento cuando sonrío?”
“¿Qué expresan mis ojos cuando sonrío?”
He preparado la siguiente meditación guiada para que juntos exploremos nuestra sonrisa interior.
(*) tut.com