
Algunos lo hicieron a las 4 otros a las 7, incluso hubo quien fue capaz de posponerlo hasta las 10, pero una cosa es segura, el despertar del 6 de diciembre de 2015 fue un momento lleno de emociones para todos los venezolanos.
Fue un día muy especial, un día donde tuvimos la oportunidad de cumplir y de disfrutar, de expresar y de analizar, de actuar y de respetar. Un día que esperamos por mucho tiempo, un día que anticipamos en medio de una gama de sentimientos que incluyen ansiedad, temor, frustración, añoranza, rabia, determinación, ilusión.
¿Cómo me siento?
No es mi intención decir cómo debemos sentirnos, cada uno de nosotros es un mundo, producto de experiencias, recuerdos y deseos muy propios, cada uno tiene derecho a opiniones, decisiones y reacciones, y es especialmente importante recordar que cada uno es responsable por sus acciones y sus consecuencias. También es cierto que es mucho lo que tenemos en común; como seres humanos que somos es parte de nuestra naturaleza la búsqueda del bienestar, todos deseamos claridad mental y tranquilidad de espíritu, especialmente en momentos cruciales, especialmente en momento de tensión y nuestra misma diversidad nos lleva a buscar el bienestar y la tranquilidad de muchas maneras, no todas efectivas, no todas beneficiosas, para nosotros y para los demás.
Una pausa por la paz
Se por aprendizaje y por experiencia propia que cuando nos permitimos hacer una pausa y tomamos una respiración nos sentimos mejor, se que la mente se calma y somos capaces de tomar mejores decisiones, más conscientes, mas beneficiosas. Se que cuando invitamos la paz y el amor en nuestros corazones algo importante, sanador, milagroso ocurre, a todos.
Unos momentos de sincera y profunda conexión interior nos pueden brindar serenidad, paz y bienestar tan ansiados siempre en nuestra querida Venezuela y de manera muy especial con motivo de acontecimientos como lo ocurrido el 6 de diciembre de 2015. Todos somos necesarios para poder traer amor al mundo, permite que el amor entre en tu corazón, permítele motivar todos tus pensamientos, palabras y actos, permítele que entre ahora y se establezca en tu ser y permítele fluir de ti hacia los demás.
Deseo contribuir a establecer esos momentos de serenidad y les propongo esta meditación para realizarla en cualquier momento del día, solos o en grupo. Es mi deseo que nos pueda apoyar para asimilar, aceptar y actuar de manera más consciente, efectiva y armoniosa en favor de todos los venezolanos y por el bien de Venezuela.
La paz empieza dentro de cada uno de nosotros, vamos a darnos unos minutos para establecerla en nuestro ser, para convertirnos en fuente de paz.