Para madres ocupadas

«La mano que mece la cuna es la mano que gobierna al mundo.»

-William Ross Wallace

Todas las emociones

Nadie duda que la gama de emociones, sentimientos, pensamientos que viven en el corazón y la mente de una madre es inmensa, por supuesto están el amor, la dulzura, la ternura, la creatividad, la intuición. Pero también vamos a encontrar angustia, impaciencia, ansiedad, temor, desesperación, frustración. Se supone que una madre abarque mucho, que lo resuelva y lo sepa todo. Toda esta eficiencia es una fuente segura de estrés y ya sabemos que el estrés no es nada bueno para la salud.

Este artículo está dedicado a la madres y para todas esas madres súper ocupadas comparto un par de técnicas pensadas y comprobadas para reversar la respuesta de nuestro organismo ante el estrés y en su lugar disparar la respuesta de relajación.

 

Escucha tu Cuerpo

Como les he dicho en otras ocasiones, la mejor manera de calmar la mente, es ponerle atención al cuerpo y eso vamos a hacer con esta técnica:

Empieza cerrando los ojos y enfoca tu atención en los músculos de la cara. Toma una inhalación profunda  y al exhalar imagina que tus músculos se relajan . Ahora lleva tu atención a la zona de cuello y hombros, toma otra inhalación profunda y a medida que exhalas lentamente,  imagina que toda la tensión que tienes acumulada en esa zona se va derritiendo. Sigue escaneando todo tu cuerpo por zonas, respirando lento y profundo para cada una de ellas.

La relajación progresiva de los músculos es una técnica muy efectiva para calmar una mente inquieta y angustiada y por consiguiente excelente para ayudarnos a dormir después de un día estresante.

 

Sonidos Positivos

La otra técnica que quiero compartir es la repetición de palabras relajantes, positivas, simplemente la repetición, sin tratar de cambiar tus sentimientos o emociones a voluntad. Lo último que queremos es añadir esfuerzo y estrés a la situación. Simplemente escoge una palabra que represente lo opuesto a la emoción relacionada con tu estrés. ¿Estás disgustada? Prueba con la palabra PAZ. ¿Te sientes deprimida? Prueba con ALEGRIA. ¿Desanimada? Prueba OPTIMISMO. Tan solo repite la palabra con suavidad mientras respiras lentamente; escucha en su mente el sonido, la vibración de la palabra mientras permites que tu respiración se profundice y se calme.

¿Qué les parece? Quieren probar?

«El corazón de la madre es el único capital del sentimiento que nunca quiebra, y con el cual se puede contar siempre y en todo tiempo con toda seguridad.»

Paolo Mantegazza