
Escuchamos mucho últimamente frases como: “Somos producto de lo que pensamos” o “Si quieres lograr resultados diferentes, si quieres ser exitoso o exitosa tienes que cambiar tu manera de pensar”. Y por supuesto estas recomendaciones de cambiar nuestra manera de pensar o de poner atención a lo que pensamos no son nuevas, más bien llega un momento en que no la queremos oír más porque no la logramos internalizar, nos suenan vacías, o imposibles, dependiendo de nuestro estado de ánimo.
¿Cómo te sientes?
Es probable que pensemos que con lo mal que están las cosas, o con lo preocupado, cansados, tristes, arruinados que estamos… es muy difícil pensar diferente. Si ponemos atención veremos que lo que estamos expresando son estados de ánimo, sentimientos, emociones. Veremos que nuestros pensamientos están siendo directamente afectados por lo que sentimos.
Ese es el aspecto que quiero resaltar hoy, la importancia de saber reconocer cómo nos sentimos y la posibilidad de trabajar en mejorarlo. No es suficiente pensar o tratar de cambiar nuestra manera de pensar, es igual de importante poner atención a cómo nos sentimos.
Se supone que sepamos qué sentimos, entre otras cosas porque eso es algo personal que más nadie puede determinar. Sin embargo, hay muchas circunstancias que nos llevan a que nos acostumbremos a esconder nuestros sentimientos, cosas como costumbres del grupo social en el que crecimos o lo que llamamos buena educación, o respeto, o lo que entendemos como amor. Justificamos por ejemplo el esconderle a nuestros hijos que estamos cansados, tristes, preocupados, lo hacemos por lo que consideramos un gesto de amor. O justificamos esconderle a nuestra pareja que nos sentimos desilusionados o temerosos u ofendidos y lo hacemos por miedo o falso orgullo que nos frenan y nos hace enmudecer. El problema es que muchas veces cuando escondemos cómo nos sentimos, lo escondemos no sólo de los demás sino también de nosotros mismos.
Tus emociones te impulsan
Nick Ortner, famoso autor y especialista en la técnica EFT por sus siglas en inglés o Técnica de Libertad Emocional, nos dice que la gente exitosa sabe que sus emociones los impulsan. Saben por ejemplo que si se sienten temerosos, estresados, abrumados, tristes, deprimidos o los domina cualquier otra emoción negativa, el cerebro pierde capacidad y es más difícil tomar buenas decisiones y actuar correctamente.
Por consiguiente, si queremos tener mayor bienestar, ser más creativos y exitosos, es una excelente idea desarrollar el hábito de ponerle atención a nuestras emociones y explorar como podemos movernos hacia un estado emocional de bienestar. Hay muchas cosas que se pueden hacer para trabajar en este sentido, la meditación es una de ellas.
La meditación calma la mente, esa que está saturada de pensamientos de todo tipo. Tenemos entre 60.000 y 70.000 pensamientos al día, la mayor parte de ellos repetidos y tristemente muchísimos de ellos negativos, llenos de autocrítica y limitaciones.
Cuando calmamos la mente con la meditación, somos capaces de identificar, comprender y sanar lo que nos frena tanto consciente como inconscientemente, tenemos acceso a nuestra esencia de bienestar, tenemos acceso a la creatividad que nos va a ayudar a pensar diferente, somos más conscientes y podemos tomar mejores decisiones que progresivamente nos llevan a un estado de ánimo más positivo y abundante que nos permitirá entonces cambiar nuestra manera de pensar.