Hay una manera correcta de asumir, hay otra que sólo trae malos entendidos y problemas. Es la misma palabra, el mismo verbo, pero los efectos de utilizarla de una u otra manera son diametralmente opuestos..
Asumir vs. Asumir
- Cuando, “asumimos una posición”, cuando “asumimos un riesgo”, la palabra asumir quiere decir responsabilizarse por algo, quiere decir tomar una decisión que implica voluntad, muchas veces coraje, valor.
- El otro significado, muy diferente se presenta cuando “asumimos una verdad”, o “asumimos una situación”, en otras palabras cuando suponemos, cuando nuestra actitud es la de tratar de entender, interpretar o suponer, sin que ese “entendimiento” cuente con mas herramientas que nuestro juicio derivado por supuesto de nuestras parcialidades.
El primer significado nos empodera, nos hace crecer y avanzar, mientras que en el segundo uso del verbo, la acción de asumir es limitante, arbitraria y con frecuencia crea problemas, a nosotros y los demás.
Cuando creamos imágenes y explicaciones en nuestra mente y estas provienen de interpretar al mundo a través de nuestras creencias -muchas veces limitantes- no sólo corremos el riesgo de ser injustos con los demás sino que, y quizás más importante, nos llenamos nosotros mismos de falsas historias que refuerzan nuestras limitaciones y que nos llenan de desesperanza y hasta de envidia.
No Asumir
Vamos a detenernos unos momentos en el segundo significado porque No asumir en ese sentido, es un principio esencial para la convivencia, el respeto, el aprendizaje y el crecimiento.
En su extraordinario libro «Los Cuatro Acuerdos», el gran maestro Don Miguel Ruiz nos enseña en el Tercer Acuerdo que No debemos hacer suposiciones, que no debemos asumir. Nos dice Don Miguel, «Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto. Juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen y piensan -nos lo tomamos personalmente- y después los culpamos y reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras. Este es el motivo por el cual cada vez que hacemos suposiciones, nos buscamos problemas.»
Nuestro conocimiento, nuestro ángulo, el cristal a través del cual vemos la vida nos hace asumir -erradamente- que todo el mundo tiene la misma imagen, que todos los demás evalúan las situaciones igual que nosotros. Esto nos lleva a creer, y allí está el problema, que los demás deberían actuar, reaccionar de la misma manera como lo haríamos nosotros y cuando no lo hacen nos sentimos decepcionados, traicionados.
El problema no se queda en nuestras relaciones porque también tendemos a asumir sobre nosotros mismos. El problema radica en que no nos conocemos lo suficiente y «asumimos» que somos capaces de hacer algo o por el contrario nos «asumimos» incapaces. En ambos casos, nos estamos creando conflictos internos, dudas, frustraciones.
«La tuvieron fácil»
Un caso en donde al asumir, al suponer sobre la realidad y vidas de los demás limitamos la posibilidad de aprender de las experiencias de otros es cuando asumimos que las personas que disfrutan de un éxito que no tenemos, simplemente han tenido suerte, o como coloquialmente decimos, “la han tenido fácil”. Lo realmente “fácil” – e injusto- es asumir que a esas personas no se han esforzado o sacrificado, o que no les asaltan las dudas o que no tiene que escuchar la voz crítica interior, o que no se llenan de miedo cuando enfrentan retos.
Es cierto que en muchas ocasiones, a la distancia luce como que hay personas para quienes la vida “fluye” más que para otras. Lo realmente cierto es que somos demasiado rápidos en juzgar a los demás. Los llamamos gente de éxito, y tendemos a olvidar que ellos también se enfrentan a retos continuamente. Es muy probable que la gente exitosa asuma actitudes que los llevan a exponerse con más frecuencia, a retarse con mayor intensidad, y también es muy probable que ellos hagan mejor uso del coraje, del valor, de la determinación. En otras palabras, es muy posible que ellos usen el verbo ASUMIR según la primera definición que revisamos al principio, porque ellos asumen riesgos, asumen responsabilidades, asumen compromisos. Esta es la manera correcta de asumir.
«Es fácil vivir con los ojos cerrados, interpretando mal todo lo que se ve»-John Lennon
La Manera Correcta de Asumir
Podemos decidir vivir la vida juzgando a los demás, asumiendo sus “por que” y siendo simples observadores, produciendo explicaciones en nuestra mente que sólo alimentan incomprensión, resistencia, envidia. O podemos decidir poner atención, enfrentar nuestro crítico interior, conectarnos con nuestro potencial, asumir compromisos, plantearnos retos, y crecer, avanzar.
Siempre está en nuestras manos, siempre va a ser nuestra decisión, de mas nadie. La voz que nos va a animar, que nos va a dar respuestas y guía es nuestra voz interior, esa que podemos escuchar cuando nos acercamos a nuestra esencia, esa que es más clara cuando estamos serenos.
«Nunca podemos juzgar la vida de los demás, porque cada uno sabe de su propio dolor y de su propia renuncia. Una cosa es suponer que uno está en el camino cierto; otra es suponer que ese camino es el único.» – Paolo Coelho