
Hay mucha tensión a nuestro alrededor; por muchos y diversos motivos no podemos, -ni queremos- evitar ser parte de lo que sucede y sentimos como el estrés crece y crece… En el Chopra Center me enseñaron una definición de estrés que dice, “estrés es todo aquello que se interpone en el logro de nuestros deseos.”
Deseos y Obstáculos
Se cuáles son mis deseos y me imagino que coincidimos en muchos de ellos, con seguridad en los más profundos, paz, armonía, respeto, tolerancia, abundancia entre otros. En cuanto a los obstáculos, son variados, numerosos; cada día son muchas las cosas que nos preocupan, muchas las que reclaman nuestra atención inmediata, mucho el estrés que se genera y por eso es más importante que nunca no perder el foco, es vital recordar qué es lo que realmente queremos, porque de allí, de darle energía a nuestros deseos, de revisar nuestra verdadera motivación surge la inspiración brotan las ideas, nacen las iniciativas, se alimentan la determinación y el coraje.
Donde va la Atención va la Energía
Sugiero que por unos minutos nos enfoquemos SÓLO EN NUESTROS DESEOS, en lo que queremos, no en los obstáculos, no en los problemas, en esos estamos enfocados constantemente. Los obstáculos son reales, los problemas nos afectan, nos enferman, nos estresan, nos amenazan, pero no es lo que queremos. Por unos minutos vamos a poner nuestra atención en LO QUE QUEREMOS, vamos a darle energía a LO QUE QUEREMOS, en positivo, de una manera constructiva, creadora, sólo unos minutos. Es un ejercicio importante, no sólo porque le damos un descanso a nuestras mentes atormentadas, -lo necesitan con urgencia- sino porque empezamos a crear espacios de positivismo, de armonía y serenidad, todos escasos en estos tiempos, todos necesarios, vitales. Sugiero establecer esa práctica, visitar cada día ese espacio de serenidad y esperanza y mientras nos enfocamos en lo que queremos con el siguiente ejercicio y como maravillosa consecuencia ayudamos a bajar el nivel de estrés :
Alimenta tus Deseos
Busca un lugar tranquilo, donde no te interrumpan por unos pocos minutos. Siéntate cómodamente. Toma una respiración profunda por la nariz permitiendo que tu vientre se expanda, deja ir el aire por la boca con una exhalación suave. Realiza otra respiración de esta manera, inhala profundamente por la nariz y deja ir el aire por la boca. Ya estás más relajado. Ahora lleva tu atención a tu corazón, conéctate con lo bueno, con lo positivo y simplemente pregúntate mentalmente “¿Qué deseo?” y para los fines de este ejercicio permite que tu respuesta se refiera a una experiencia y recibe la respuesta como una sensación, una emoción o un pensamiento. Si quieres dale un nombre, paz, armonía, respeto. Repítelo por unos minutos, viviendo la experiencia en tu corazón, lejos de la mente, respirando con suavidad. Luego de unos minutos, al menos 5, regresa a tu actividad normal habiendo depositado en tu alma las semillas de tus deseos más profundos. Visítalo con frecuencia para cultivarlas con tu atención.
A continuación comparto con ustedes una corta meditación guiada. Espero la disfruten y les brinde momentos de sanadora relajación.
¡A su salud!
«¿Qué Deseo?»