3 maneras para calmar y alejar la ira

Todos queremos felicidad, paz, armonía, justicia, pero no siempre las cosas suceden como las deseamos o planificamos. La persona que mas amamos nos decepciona, nos hiere. No podemos entender las injusticias o la violencia que nos rodean. No toleramos la ineficiencia, perdemos la paciencia. Nos irritamos, sentimos rabia, y eventualmente llega el momento cuando nos damos cuenta de que estamos llenos de ira.

La ira tiene un lugar en nuestras vidas, en ciertas circunstancias nos puede dar la determinación y el foco para enfrentarnos a la injusticia o a la violencia. Hay otros momentos cuando llegamos a disfrutar de nuestra ira, nuestro ego nos dice que se justifica, que es nuestro “derecho” y pensamos: “ME hirieron, ME faltaron, son crueles, son tontos, son incapaces”, etc. etc. Sin embargo, no es buena idea permitir que la ira se adueñe de nuestro carácter. Si lo observamos nos damos cuenta de que eso que sentimos no es agradable, que nos hace sentir mal, y es así, realmente nos sentimos mal, emociones como la ira nos enferman físicamente, aumentan el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y las hormonas del estrés. Eso que sentimos, a pesar de que esté justificado, nos produce también una pérdida en la capacidad de auto-monitorearnos y de observar con objetividad, aspectos muy importantes en el momento de tomar decisiones.

Hay muchas técnicas, para trabajar con la ira, quiero compartir tres que me parecen fundamentales.

1. Un sueño reparador

Un aspecto que influye enormemente en la posibilidad de que nuestra ira se desate sin control o que podamos alejarla lo más posible de nuestras vidas, es la calidad y cantidad de las horas que dedicamos al sueño.

Hay muchas personas que sufren de insomnio, pero también hay quienes simplemente no le dan al tiempo de dormir la importancia que tiene. No dormir lo suficiente aumenta en el largo plazo el riesgo de enfermedades cardíacas y de diabetes, baja nuestra inmunidad, haciéndonos mas propensos a las enfermedades y altera la producción de ciertas hormonas facilitando el aumento de peso. En el corto plazo nos sentimos mareados, nuestra mente no está clara, tendemos al mal humor e irritabilidad y nos cuesta asimilar lo que ocurre a nuestro alrededor. Esto nos hace propensos a la frustración y los arrebatos ya que se nos hace más difícil razonar y estamos más propensos a tomar malas decisiones, condiciones perfectas para que la ira domine la escena.

Algunas cosas que podemos hacer para facilitar un sueño reparador son:

Evitar la cafeína y el alcohol dos a tres horas antes de dormir

No comer mucho antes de dormir

Hacer ejercicio durante el día, pero no justo antes de dormir

Mantener la habitación oscura y tranquila

Acostarnos a la misma hora

Dormir la misma cantidad de horas todos los días.

 2. Liberar el estrés respirando

Con frecuencia cuando llega la noche nos acostamos a pensar y pensar y revisar el día que pasó o a preocuparnos por el que vendrá. El estrés y el temor que se han acumulado en nuestra mente y cuerpo nos impiden descansar, aun si cumplimos con las recomendaciones anteriores. ¿Qué podemos hacer? Una manera sencilla y siempre a la mano para liberar ese estrés es practicar respiración abdominal.

Acostado en la cama o sentado cómodamente, cierra los ojos, coloca una mano suavemente sobre el vientre y empieza a respirar lenta y profundamente. Ayuda imaginar el recorrido que está haciendo el aire por tu cuerpo, puedes tratar de visualizarlo.

Permite que tu vientre se expanda con la inhalación, siente como la mano se mueve. Ahora déjalo vaciarse mucho más lentamente con la exhalación. Asegúrate de crear y mantener un ritmo lento y pausado para evitar marearte.

Repite estos pasos por unos minutos, poco a poco notarás como con cada exhalación te sientes más relajado.

La respiración abdominal es una técnica respiratoria muy poderosa ya que no sólo nos ayuda a relajarnos y a conciliar el sueño sino que potencia la concentración y la atención, así que podemos utilizarla también durante el día en momentos de estrés.

3. Bondad y Paciencia

Aunque parezca contradictorio, en esos momentos de efervescencia y estrés es muy importante practicar la bondad y la paciencia. Si, bondad y paciencia empezando por nosotros mismos porque detrás de la ira muchas veces lo que se oculta es miedo, los momentos de rabia son momentos de sufrimiento, y precisamente lo que mas necesitamos cuando sufrimos o sentimos temor es bondad y amor.

En esos momentos de gran molestia, de frustración, de temor es muy buena idea tomarnos un tiempo, hacer una pausa, respirar conscientemente y repetirnos mentalmente frases como:

“Que yo pueda sentir balance”

“Que yo pueda sentir paz”

“Que yo pueda sentir alegría”

“Que yo pueda sentir amor”

Y esta conexión que vamos estableciendo con nuestra serenidad nos permite empezar a recuperar el balance y la objetividad que son necesarios para poder usar nuestra ira como motor para mejorar las situaciones, y eventualmente también deshacernos de la ira, ya que con una mente más serena podemos por ejemplo conciliar el sueño más fácilmente, expresar en forma clara el motivo de nuestro enfado, identificar soluciones, perdonar, o pedir perdón según sea el caso.

Respira, toma consciencia de tu cuerpo, relájate, aleja la ira y duerme bien para una vida más saludable y feliz. Y por supuesto no tenemos que esperar a sentirnos mal para repetirnos estas frases tan sanadoras, es muy buena idea tenerlas siempre en la mente y el corazón.

Que todos podamos sentir balance, paz y alegría y amor.

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Comentarios

  1. Judith  diciembre 15, 2015

    Me gusto tu comentario de con o alejar la ira!!!!,,

    😀

    • Regina Velasquez  diciembre 19, 2015

      Hola Judith, me alegra que te haya gustado el artículo. Espero seguir recibiendo tus comentarios en próximas ocasiones. Namaste