El tiempo y la meditación

Recientemente uno de los asistentes a la clase de Introducción a la Meditación me comentaba que había disfrutado mucho de la relajación profunda, a voluntad, a consciencia que había experimentado y que no podía creer lo sencillo que había sido el proceso y al mismo tiempo lo poderoso de la experiencia. Y ciertamente es una experiencia poderosa y maravillosa para todos los que participan. Lo se porque puedo ver la expresión de sus rostros una vez que terminamos los 10, 15 ó 20 minutos de meditación y esa expresión delata la relajación que experimentan, delata la delicia de poder desconectarse de la agitación de la vida al tiempo que se conectan a un espacio de serenidad y bienestar.

 

Tiempo

Otro comentario muy frecuente en las clases de meditación es con respecto al tiempo. Hay personas que sin preocuparse por el tiempo simplemente disfrutan el recuerdo de la experiencia, contemplando quizás la posibilidad de repetirla. También están quienes comentan que no tienen tiempo para meditar o preguntan cuánto tiempo tendrían que comprometer y por supuesto quieren saber en cuánto tiempo verán los beneficios. Estos últimos comentarios paradójicamente están relacionando la meditación con más estrés, porque expresan ansiedad, angustia, temor, son ideas ligadas a una creencia o conciencia de escasez que dicen de manera tajante y angustiada “No puedo porque no tengo tiempo”

Hoy les quiero sugerir a quienes cuando piensan en la meditación les preocupa el factor tiempo, considerar al tiempo invertido en la meditación de otra manera.

Empezar por borrar la idea de que vamos a agregar una nueva responsabilidad que nos va complicar aun más nuestra vida.

Borrar también la pregunta ¿Cuánto tiempo? porque eso sólo lo puede contestar cada uno, probando, practicando.

Convertir cualquier actividad en un momento meditativo y lo hacemos simplemente poniendo atención al cuerpo en ese instante que decidamos transformar en meditación. Sólo eso. Y tenemos muchas oportunidades durante el día, hay muchos momentos meditativos esperando que los aprovechemos. Comparto alguna ideas:

 

Oportunidades hay Muchas

¿Tenemos que caminar en el estacionamiento a buscar el carro? Vamos a utilizar ese trayecto para ser conscientes de nuestro cuerpo. Como se mueven los brazos, o el peso del maletín o de la cartera en la mano, en el brazo, en el hombro Vamos a sentir el músculo de la pantorrilla, el movimiento de la rótula. Momento meditativo que no nos robó tiempo a nuestras obligaciones.

¿Nos estamos cepillando los dientes? Vamos a ser conscientes de cómo se siente el cepillo en la encía, conscientes del sabor de la crema dental, de la temperatura del agua cuando nos enjuagamos. Momento meditativo que no ha cambiado nuestra rutina.

¿Nos estamos bañando?, ponemos atención al agua que corre por nuestro cuerpo, a las yemas de los dedos cuando frotan el cuero cabelludo. Ponemos atención y percibimos el aroma del jabón, o del champú o de la crema. A consciencia sentimos cuando pasamos el jabón o la esponja por nuestra piel. Momento meditativo que no agregó ninguna tarea extra.

El tiempo y sus usos es como todo en la vida, una cuestión de decisiones y percepción; decimos cómo lo utilizamos, decidimos como lo consideramos y podemos decidir percibir cualquier momento del día como un momento de pausa, de relajación, de conexión, en otras palabras de meditación.

Mediten, les hace bien