Momentos Meditativos

Siempre estoy abierta a disfrutar y descubrir de momentos meditativos. Y lo maravilloso es que cuando estoy en esa disposición, las ideas y oportunidades pueden aparecer en cualquier momento, en cualquier lugar.

Hace pocos días, revisando material sobre meditación, encontré un video muy interesante que reúne una serie de entrevistas breves a personajes famosos de Estados Unidos. El tema común es la práctica de la meditación y todos los participantes, una variada representación de distintas profesiones, tendencias y edades, dan testimonio del efecto que la meditación ha tenido en sus vidas, tanto desde el punto de vista  personal como profesional.

Estos testimonios, compartidos con naturalidad y generosidad, constituyen una manera muy efectiva de invitar a meditar. Yo también comparto mi testimonio cada vez que tengo la oportunidad, lo hago, al igual que lo hacen los meditadores entrevistados, porque se que la meditación es un camino efectivo, comprobado, para acercarnos a eso que todos queremos, bienestar, serenidad, salud, alegría.

No hay pausa

En los tiempos antiguos y hasta no hace muchos años, la gente era meditativa naturalmente, la vida era menos complicada, había tiempo para observar la luna o el mar; había tiempo para cultivar el silencio, para sentarse y dejarse ir. De manera consciente o inconsciente sabíamos identificar y aprovechar los momentos meditativos. Para bien o para mal ese no es el caso en nuestros días.

En nuestras vidas  se ha establecido una necesidad de hacer, hacer, hacer, de ocupar con “algo” todos y cada unos de nuestros minutos. Un ejemplo perfecto lo constituyen nuestros hábitos con respecto a las redes sociales. Los invito a auto observarse y verán como cualquier momento libre lo ocupamos chequeando por enésima vez alguna de las muchas redes sociales que ahora requieren nuestras atención. Si observan con cuidado se darán cuenta de que cualquier pausa es ocupada, es anulada con una nueva estimulación.

La consecuencia es que nuestras mentes están sobrecargadas a tal punto que no hay tiempo de digerir todo lo que nos llega.

  • Cada día recibimos el equivalente en estimulación a lo que hace 300 años tomaba 6 semanas. 
  • La presión por aprender es hoy en día 40 veces mayor que hace 30 años porque tenemos que ser capaces de aprender mas, porque hay mas que aprender. 

¿Qué estamos haciendo?

Todos podemos dar fe de que cada momento debemos adaptarnos a nuevas situaciones, y si bien podemos ver todo esto como un gran reto que nos va a ayudar en la expansión de la conciencia, también es cierto que nos plantea importantes interrogantes, preguntas como

¿Con todos estos adelantos y este nuevo estilo de vida, estamos realmente creando mayor bienestar o es sólo una ilusión de los sentidos? 

¿Este estilo de vida que estamos construyendo, nos va a convertir en neuróticos o vamos a ser capaces de estar presentes y disfrutar a consciencia lo que hemos sido capaces de crear? 

Actitud

Como en tantas cosas importantes en la vida, la respuesta depende de nuestra actitud. Porque una cosa es cierta, la estimulación va a seguir creciendo, y tenemos que ser capaces de aprender, de adaptarnos. La pregunta entonces es, ¿Cómo nos adaptamos, como sobrevivimos?

La respuesta nos la da la sabiduría milenaria y la confirma la ciencia: Tenemos que ir voluntariamente a momentos meditativos. 

Estando tan acostumbrados como estamos a estar ocupados, es lógico que resistamos la idea de invertir tiempo en “no hacer nada”. Mas bien lo que buscamos es “el secreto”, “la clave”, “la fórmula” para que nos rindan las horas, para que el cuerpo y la mente sean capaces de soportar y sobrevivir el estrés al que los sometemos.

“Tengo que lograr tanto hoy que
debo meditar dos horas en vez de una.”
Mahatma Gandhi

Poco a poco

La sugerencia es que nos acerquemos a los momentos meditativos, a esa pausa necesaria en aproximaciones sucesivas. Les sugiero que poco a poco, pero de manera constante incorporemos en nuestros días uno, dos minutos, instantes de presencia activa.

Es posible hacerlo sin robarle tiempo a ninguna actividad, es posible y saludable empezar a crear o a más bien a encontrar pausas dentro de las actividades que ya estamos realizando.

Aroma de… ¡café!

Hoy les sugiero que aprovechen ese momento cuando disfrutan de un café, les propongo que a consciencia se deleiten en un aroma que les hace sentir bien, que nos deleita.

Es simple, es sencillo, es efectivo.

Las siguientes instrucciones son para ti, que disfrutas inmensamente del aroma del café.

Sólo necesitas tener frente a ti un delicioso y humeante café

La Práctica

Toma un momento para realmente percibir su olor, simplemente hazte consciente de tu café. Cierra los ojos por un momento y regálale toda tu atención a tu bebida permite que tu cerebro reconozca ese aroma, déjate llevar por él.
Al respirar, dedica tu inhalación a reconocer y percibir ese aroma, retenlo por un momento…. Con la exhalación deja ir cualquier tensión… déjala ir mientras creas un nuevo espacio para la próxima inhalación, para volver a disfrutar de ese olor que tanto te gusta y te conforta.
Repite esta respiración consciente cuantas veces gustes, y cuando decidas empezar a tomarte el café, pon atención al momento cuando la taza o el vaso toca tus labios.
Recibe el café en tu boca y explora  su sabor, detecta el ácido o el dulce en él. Trata de reconocer otros sabores.
Nota como tu boca, tu lengua reaccionan a la temperatura. Hazte consciente de cómo el café se mueve sobre tu lengua y se desliza por tu garganta.
Si te es posible, puedes potenciar la experiencia cerrando los ojos en distintos momentos de la experiencia.
Disfruta estos momentos tanto como puedas y verás que al reincorpórate a tus actividades lo harás más sereno, más liviano, con mayor claridad.

Los invito a darle una oportunidad a esta breve práctica, los invito a comparar como se sienten al final de este corto ejercicio de presencia activa y como se sienten cuando simplemente toman el café de manera automática mientras posiblemente revisan el teléfono o la computadora. Me encantaría que me contaran su experiencia.

Una pausa a los estímulos y a los pensamientos mientras disfrutamos del café, otra pausa mientras nos duchamos, varias respiraciones profundas mientras vamos en el ascensor. Poco a poco vamos sembrando Semillas de Serenidad en nuestra vida, lo que nos va a permitir disfrutarla de una manera más sana, creativa y consciente y feliz.

Comentarios

  1. katty strongone  junio 23, 2017

    Me encantó el artículo y las recomendaciones…gracias por ello. Vivo en un país sumamente atípico, convulsionado y desprovisto de medios de comunicación, y por ende, se ha incrementado la compulsión y el uso excesivo de las redes…(Venezuela)

    • Regina Velasquez  junio 23, 2017

      Hola Katty. Gracias por tu comentario, me alegra que hayas encontrado valor en la recomendación.
      Mi intención al compartir es siempre contribuir a que vivamos una vida más serena. Se que eso es bastante difícil en nuestra querida Venezuela en este momento, pero incluso dentro de la sobre carga de información y de estrés, es importante buscar y crear pausas. Es la única manera de cuidar nuestra salud física, mental y espiritual.
      Namaste