Cargando las Baterías

Nuestro punto de vista, nuestra perspectiva, nuestra actitud son como baterías que soportan y apoyan nuestra vida, son fuentes de energía que nos permiten estar en el mundo, interactuar, vivir, que definen nuestra capacidad de disfrutar, de vivir a plenitud.

La energía de estas “baterías” se recarga constantemente con palabras, imágenes, experiencias; no todas ofrecen la misma calidad, no todas brindan el mismo resultado.

 

Cargando las baterías

Nuestros puntos de vista se cargan con las enseñanzas buenas o no tan buenas, útiles o no tan útiles que hemos recibido a lo largo de nuestras vidas.

Nuestra actitud se carga gracias las opiniones de nuestros mayores, de nuestros maestros, de nuestros amigos de los primeros años; se cargan con frases, ideas, juicios que han quedado grabadas en nuestra mente y en nuestro corazón y que han formado y siguen marcando nuestra manera de actuar.

Seamos conscientes o no, las amistades que escogemos, el ambiente que nos rodea se ocupan de seguir alimentando nuestra perspectiva de la vida, preparándonos, para  pensar y actuar de una manera determinada.   

El gran motivador Jim Rohn decía: “Debido a nuestra actitud, decidimos leer o no leer. Por nuestra actitud, decidimos intentar o darnos por vencidos. Por nuestra actitud, nos culpamos a nosotros mismos por nuestros errores, o culpamos tontamente a otros. Nuestra actitud determina si amamos u odiamos, decimos la verdad o mentimos, actuamos o posponemos, avanzamos o retrocedemos; y por nuestra propia actitud, nosotros, y sólo nosotros, decidimos si tendremos éxito o fallaremos.”

 

Podemos escoger

Lamentablemente tendemos a olvidar lo poderosos que somos, tendemos a olvidar que podemos escoger el tipo de energía que alimenta esa batería vital que es nuestra actitud. Si no ejercemos esta opción y de manera consciente escogemos alimentarnos de fuentes positivas, constructoras, amorosas, seguimos maniatados por nuestros pensamientos, que no necesariamente son ciertos y que en muchos casos ni siquiera son nuestros, ya que fueron plantados allí por alguien mas, haciendo que nuestras ideas, nuestros juicios estén constantemente filtrados, condicionados por esa perspectiva particular y ajena, que a la larga se convierte en nuestra actitud hacia la vida.

“Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición
de la mente y no una condición de las circunstancias.”
– John Locke

No es cuestión de opinión o de una actitud ingenua, es algo que se está analizando de manera científica cada vez mas y los resultados encontrados apoyan la importancia de atender a la calidad de la energía que incorporamos en nuestras vidas.

 

Podemos decidir ser felices

Estudios recientes han encontrado que nuestra felicidad se origina en tres fuentes:

Una base genética que representa el 50% de nuestra capacidad de ser felices, lo cual se traduce en que  que algunas personas por naturaleza van a tener una actitud más positiva hacia la vida, mientras que otras va a ser más pesimistas, más negativas.

El ambiente y circunstancias de nuestra vida contribuyen al 10% de nuestra felicidad

Nuestra actitud determina el 40% de nuestra felicidad.

Otro estudio -este sobre envejecimiento- realizado por la Universidad de San Diego en California, concluyó que el cuidado y cultivo de actitudes positivas pueden ser más importantes que el estado de salud para alcanzar el envejecimiento adecuado.

 

¿Como cargo mi batería?

¿Cómo aprovechar ese 40%de potencial de felicidad? ¿Cómo alcanzar bienestar, felicidad? La respuesta está dentro de nosotros, se llama actitud.

Trabajamos en nuestra actitud tomando consciencia de nuestro poder, entendiendo que para bien o para mal, lo sepamos o no, cada momento estamos tomando decisiones. Debemos entonces hacernos responsables, porque si bien no podemos cambiar las circunstancias, el clima, el viento, si podemos cambiarnos a nosotros mismos. Eso es algo que está bajo nuestra responsabilidad.

“Todas las cosas buenas que construimos terminan construyéndonos a nosotros.”
– Jim Rohn

Decidamos entonces cambiar nuestra actitud, por una que nos acerque mas a la felicidad, podemos cargar esa batería  con nuevas y buenas energías acercándonos a prácticas como el agradecimiento, la generosidad, la compasión, la meditación, herramientas que nos brindan una nueva perspectiva, que abren nuestra mente y nuestro corazón, nos acercan a la serenidad, y nos ponen en el camino para reencontrarnos con lo que realmente somos, seres magníficos llenos de potencial, llenos de bendiciones.

“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor,
siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”.
– Viktor Franki