¿Quién soy?

¿Quién soy?, es la primera pregunta que me hago cada día antes de empezar a meditar. Normalmente la pregunta queda sin respuesta y eso está bien, poco a poco lo he ido entendiendo. En ese ámbito en el que me estoy sumergiendo con mi meditación las cosas no son lineales, acción-reacción, pregunta-respuesta.

Al principio mi mente respondía rápida y eficientemente:

“Soy mujer, soy madre, soy venezolana, soy hija, soy esposa, soy ingeniero, soy…, soy…, soy”.

Obviamente esa no es la respuesta que busca mi pregunta, porque cuando nos preguntamos quienes somos,  no le estamos haciendo la pregunta a nuestro ego o a nuestra mente que nos identifican con nuestros roles, que sienten la necesidad de tener una respuesta, una explicación, concreta, palpable. La pregunta se la hacemos al alma, y las respuestas que surgen de allí nos hablan de otras cosas.

También sucedía que el volumen de los sonidos –pensamientos- de la mente era mucho más altos que la silenciosa voz de mi alma, era difícil escucharla. Poco a poco, presentándome a la meditación cada día, he empezado a escuchar el silencio, y me gusta, poco a poco voy entendiendo que debo hacer la pregunta sin esperar la respuesta. La pregunta se suelta, se deja ir y la respuesta llega viva, en cada momento, con cada respiración, con cada mirada, con cada sentimiento, si estamos despiertos, si estamos conscientes.

Dije antes que normalmente la pregunta queda sin respuesta porque a veces si la hay, se oye algo muy sutil, más bien se siente, se intuye una respuesta: soy luz, soy energía, soy paz, soy amor, soy las posibilidades infinitas.

Me siento cómodamente, cierro los ojos, tomo conciencia de mi cuerpo, lo relajo, respiro, lentamente dejo ir todo lo que no pertenece a este momento…

¿Quién soy?… … 

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Comentarios

  1. Mitchele Vidal  agosto 9, 2014

    Regina, me gusta mucho este articulo. Sin duda, una cosa que nos abruma es no encontrar respuestas y eso no necesariamente es negativo.

    Un abrazo.