La semana pasada, y de una manera muy especial en los Estados Unidos, fue una semana con un poderoso foco en la práctica de reconocer y agradecer las diferentes maneras en que las bondades de la vida se presentan ante nosotros. Agradecimos por supuesto lo que de manera obvia e inmediata nos brindó alegría y bienestar, lo que llega sin que lo esperemos o sin que hagamos algo especial para ganarlo. También supimos agradecer los aprendizajes, las vivencias que en el momento puede que no sean bienvenidas, pero que nos hacen crecer y valorar nuestra experiencia de vida.

Siendo el agradecimiento algo tan maravilloso, algo que nos mueve de una manera tan especial, quiero dedicarle un poco más de tiempo a este sentimiento, a esta experiencia que tantas cosas buenas trae a nuestras vidas. Agradecer no se queda en el reconocimiento, en la satisfacción, en el disfrute momentáneo o en el recuerdo, espontáneo o no, cultivar el hábito de vivir el agradecimiento brinda múltiples beneficios.

La gente agradecida es gente feliz

El impacto positivo del agradecimiento se ha investigado de manera científica. Los resultados de las investigaciones de los Drs. Robert Emmons y Michael McCullough está sintetizado en su importante libro Psicología de la Gratitud. Estos investigadores han podido comprobar, que  “la gente agradecida tiende a ser gente feliz” y que la práctica diaria de la gratitud aumenta de manera significativa la felicidad y el bienestar dentro de los seres humanos.

La gente agradecida vive mas

Otro dato interesante se refiere a las parejas; los estudios han revelado que las parejas que en lugar de quejarse expresan mas agradecimiento y aprecio uno por el otro, permanecen juntos por más tiempo. Dos décadas de investigación en la Universidad de Washington encontraron que las parejas que expresan al menos una relación 5 a 1 entre agradecimiento y queja; o sea, al menos 5 demostraciones de agradecimiento por cada queja, no sólo permanecen casadas más tiempo, sino que tienen una vida más larga.

La gente agradecida es compasiva y generosa

Las investigaciones también han demostrado que la práctica del agradecimiento aumenta la compasión y la reciprocidad. Esto se manifiesta en el hecho de que las personas agradecidas son menos solitarias, menos amargadas, viven menos aisladas, y son menos indiferentes o rencorosas, lo cual a su vez tiene una consecuencia transformadora porque al disminuir la amargura y el rencor, somos capaces de encontrar en nuestros corazones el perdón, lo cual también está científicamente comprobado que brinda mayor paz y aceptación lo que se traduce en la recuperación de la esperanza lo cual incrementa el bienestar.

En buen hábito

El detalle, el “truco”, si podemos llamarlo así, está en hacer del agradecimiento una práctica consciente, incorporarlo de manera activa en cada aspecto de nuestras vidas; los invito a que lo hagamos tan indispensable y natural como el más sencillo de nuestros hábitos.

Es una excelente idea por ejemplo llevar un diario de agradecimiento en el que cada noche antes de dormir anotemos 5 cosas por las cuales no sentimos agradecidos. Lo difícil es limitarnos a 5, porque cada vida, cada día, de distintas maneras recibe una fuente inagotable de bendiciones, lo importante es hacernos conscientes de ellas.

Iniciemos el día con un saludo, observemos la nueva claridad y digamos ¡Gracias! porque tenemos esa nueva oportunidad, porque estamos presentes en ese nuevo día.

Digamos también Buenas Noches y expresemos nuestro agradecimiento por todo lo que sucedió en ese día.